lunes, 27 de abril de 2009

En la orilla de la tierra

San Francisco Tlaltenco"En la orilla de la tierra"
Según cuentan los abuelos, el pueblo de San Francisco Tlaltenco fue fundado en 1435, y en 1547 los franciscanos que evangelizaron a sus pobladores construyeron la primera capilla dedicada a San Francisco de Asís; la cual fue ocupada en la Revolución Mexicana por tropas Zapatistas y Carrancistas como campamento de paso.La capillaDe 1919 a 1921, la capilla fue utilizada también como escuela de monjas y permaneció cerrada al culto hasta 1933, cuando fue declarada monumento histórico.Sus muros de 110 centímetros de ancho son de piedra de tezontle, recubiertos de piedra negra; su fachada principal, elaborada con los mismos materiales, está cubierta con aplanados de cal y arena.La forma de la cubierta de la capilla es abovedada, rematada por una cúpula. En su interior, su retablo mayor mide 4.60 metros de ancho con 2 cuerpos y tres entrecalles, con tallas en madera dorada, en él se le presentan los santos fundadores de las principales órdenes religiosas. Su autor, que lo trabajó en el siglo XVIII es anónimo, la imagen de San Francisco de Asís que está en el centro es una talla en madera estofado, mide 1.10 metros de altura por 50 centímetros de espesor y su autor también es anónimo.En la casa cural, anexa a la parroquia, hay otras esculturas, pinturas al caballete y objetos sacros de gran valor. El templo cuenta con un retablo en donde están representados los santos fundadores de las principales ordenes, está considerado como el más alto de Tláhuac, asimismo cuenta con pinturas de caballetes, murales y esculturas, entre las que destaca la talla del Cristo de la Salud. La iglesia está considerada como un patrimonio por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.Al final de la etapa colonial, se construyeron unas puertas en los pueblos de Tlaltenco y Tulyehualco, con la finalidad de controlar el comercio de verduras, cereales y alcohol. Eran un filtro aduanal para los productos procedentes del estado de Morelos. Las puertas sirvieron también para el registro de agentes y embarcaciones que iban a Chalco, Santa Anita, Jamaica y otros lugares de la Ciudad de México. Atenuaron también la plaga de bandidos que asolaban a los pueblos ribereños y principalmente a Tláhuac. En las calles de Tlaltenco se respira todavía un aroma a revolución, ya que la gran mayoría de las casas en esta parte son de principios del siglo XX, en algunas casas podemos observar placas hechas de piedra otras rotuladas con una leyenda de las familias que han vivido ahí, su profesión u oficio.En una de estas casas, se cuenta, pasó la noche Emiliano Zapata con sus tropas. Cada una de ellas tiene una historia que contar, al lugareño y al visitante. Sus calles son amplias y bien trazadas, sus casas de muros blancos, guardapolvos ocre y techos de teja.La fiestaEl festejo de San Francisco que dura hasta diez días es una muestra de la cultura mestiza, pues se mezclan de manera evidente y sincronizada, la cultura autóctona de la población con las expresiones impuestas por los españoles y cuya máxima expresión es la veneración al Santo de Asís, con sus procesiones por las calles del pueblo y la quema de "castillos” y “toritos"; así como el festival artístico cultural que año con año se presenta en la plaza centenario, y se organizan callejoneadas, desfiles, jarípeos, competencias deportivas y conciertos musicales.La fiesta en honor al Señor de Mazatepec se celebra el quinto domingo posterior al miércoles de ceniza, en la capilla de la iglesia. Se festeja con bandas de música, juegos pirotécnicos y bailes populares. El carnavalEl origen del carnaval en Tlaltenco se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX, existen dos grupos de comparsas de carnaval de la familia de la Rosa. Desde entonces se utilizaba la música de los chinelas y se confeccionaban su ropa como podían y de acuerdo a sus posibilidades económicas para festejar. El carnaval era sólo un día. Al llegar la Revolución Mexicana, el carnaval desaparece y resurge en 1929.Actualmente se inicia desde el primer domingo de cuaresma, destaca el desfile de disfraces, acompañados por sus respectivas bandas que tocan música de los “Chinelos”. Al terminar el desfile, los integrantes de las comparsas se reúnen en la Plaza Centenario. Los charros de Tlaltenco no pueden faltar; cada traje representa algún grupo que evocan la época revolucionaria. Los trajes más representados son: Traje plateado: Este atuendo confeccionado en cuero y gamuza, fue utilizado por los bandidos y asalta-caminos en diversos estados de la República, ya que tenían por costumbre perforar las monedas de plata y coserlas a sus ropas en sustitución de botones y colgarse leotinas hechas de monedas de plata en cada uno de los lados de la Chaqueta. Traje de Chinaco: Es un traje típico regional utilizado en la guerra de Reforma por los soldados liberales Juaristas, que lucharon contra el partido conservador y contra los invasores franceses. Se confecciona con tela color azul marino, el sombrero es angosto, redondo galoneado alrededor con un pantalón acampanado, y se sujeta con un ceñidor, la chaqueta también es galoneada. El traje de Charro : En sus primeros años se confeccionaba con telas de gamuza y solamente se bordaba con hilos de colores según las franjas y grecas al gusto del que lo mandaba hacer, este traje era sencillo y también sería para montar a caballo, posteriormente se le fue integrando mascaras.

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